Entendí que lo más valioso de la vida no es lo que tenemos, sino a quién tenemos. Que el dinero puede comprarlo todo, menos la felicidad. Que el físico atrae, pero la personalidad es la que nos enamora. Comprendí que quien no valora lo que tiene, algún día se lamentara por haberlo perdido. Que para ser feliz solo tienes que hacer feliz a alguien, y que si quieres recibir, da un poco de ti. Rodéate de buenas personas, y lo más importante: sé una de ellas.
